A mis compañeros, a mis compañeras, que resisten y mantienen con firmeza sus convicciones: camaradas de Asturias o ediles que no son cómplices de políticas indignas.
Asturias me duele terriblemente. Me duele la dureza hacia los militantes de pueblos y ciudades que se niegan a pactar con una socialdemocracia rendida a la derecha. Sabemos que la derecha tiene muchos nombres y apellidos. Ya está bien de elegir entre lo malo y el mal menor.
Tendremos que reforzarnos, no por pureza mal entendida, sino por ofrecer una alternativa posible contra este capitalismo salvaje. Pactar según con quién puede ser nuestra sentencia de muerte. Los militantes de izquierda no pueden ser depurados impunemente sin que ello nos debilite ineludiblemente. Nuestra fuerza es la dialéctica, y no el sonido de un tambor.
Uniré mis manos, reivindicando "decir que somos quien somos" en las palabras de Gabriel Celaya, en solidaridad con todos camaradas y militantes de izquierda cuyas convicciones no solo son necesarias, son imprescindibles. No quiero ni neutrales, ni de los que toman partido hasta forrarse.
Somos quien somos, camaradas, compañeros.
Asturias me duele terriblemente. Me duele la dureza hacia los militantes de pueblos y ciudades que se niegan a pactar con una socialdemocracia rendida a la derecha. Sabemos que la derecha tiene muchos nombres y apellidos. Ya está bien de elegir entre lo malo y el mal menor.
Tendremos que reforzarnos, no por pureza mal entendida, sino por ofrecer una alternativa posible contra este capitalismo salvaje. Pactar según con quién puede ser nuestra sentencia de muerte. Los militantes de izquierda no pueden ser depurados impunemente sin que ello nos debilite ineludiblemente. Nuestra fuerza es la dialéctica, y no el sonido de un tambor.
Uniré mis manos, reivindicando "decir que somos quien somos" en las palabras de Gabriel Celaya, en solidaridad con todos camaradas y militantes de izquierda cuyas convicciones no solo son necesarias, son imprescindibles. No quiero ni neutrales, ni de los que toman partido hasta forrarse.
Somos quien somos, camaradas, compañeros.