sábado, 10 de diciembre de 2011

Efecto pigmalión



«Pigmalión se dirigió a la estatua y, al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el marfil se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se ablanda a los rayos del sol y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado de temor, creyendo que se engañaba.Volvió a tocar la estatua otra vez, y se cercioró de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos.»

El miedo a la crisis ha materializado los propios monstruos de la austeridad, los recortes generalizados y la reforma del mercado laboral. El designio alimentado por el miedo ha producido lo que se temía, por eso los líderes europeos proponen nuestra salvación con recortes y la reforma del mercado laboral. Es un nuevo fascismo financiero que se articula como la tabla de salvación de plomo para l@s trabajador@s porque no habrá Constitución, norma o tratado que pueda interponerse para que nos salven de la Crisis.

No solo está en peligro el estado del bienestar, los servicios públicos, y las condiciones laborales y salariales, sino que es un acoso a la democracia, en nombre de la austeridad. Pigamalion está resultando ser un monstruo.

“El nuevo pacto fiscal de la eurozona, según el documento consensuado por los líderes, incluirá el compromiso de que cada país establezca en su Constitución la regla del equilibrio presupuestario y mecanismos de corrección automáticos en caso de desviación”, fuente: El diario exterior. com

Discurso de Rajoy con las líneas básicas de su política:

http://politica.elpais.com/politica/2011/12/08/actualidad/1323336358_568357.html

domingo, 4 de diciembre de 2011

Los mercados son los nuevos golpistas

La democracia está amenazada. Grecia se está convirtiendo en el estado estigmatizado, pero lejos de volver la espalda es necesaria la solidaridad, la resistencia y la acción.
Con vídeo "Palabras desde Grecia", Pedro Olalla habla alto y claro, lo cual no es solo necesario, sino imprescindible: